Fue en Egipto y Mesopotamia, tierras abundantemente regadas por los grandes ríos, donde nació la civilización. Los primeros escritos fueron en tablillas de arcilla y estos han sido encontrados entre restos arqueológicos en un pueblo asentado en el Sur de Mesopotamia.
Los egipcios podemos rastrear su historia por sus escritos en papiro. En la antigüedad los márgenes del Nilo estaban llenos de plantas de papiro. Pero como el papel de papiro era frágil y el fuego era su muerte. Es así que se convierte la arcilla en el material preferido para la escritura. Además de ser más barata y fácil de modelar.
La colección Ebla era lo bastante pequeña para que los usuarios pudieran consultarla con una simple ojeada al estante de la tablillas. Pero con el inevitable aumento de material esto era insuficiente para el material depositado allí. Las bibliotecas modernas solucionan el problema mediante el catálogo de los fondos que poseen, y lo mismo hicieron los escribas en el Próximo Oriente antiguo. Entre las tablillas halladas en Nipur había dos fechas hacia el 2000 a.C., que tenían un listado de catálogo de obras literarias sumerias-diversos mitos cánticos y elegías.
Casson, L (2001). Las bibliotecas del mundo antiguo. Barcelona: Ediciones Bellaterra.
